Despacio.Nunca es demasiado tarde, nunca un texto es demasiado largo, nunca hay demasiada prisa.
Encuentra el olor, el sabor, la imagen. Encuentra el mensaje.
Escribo mi película, tú lees mis líneas y ves la tuya.

Seguidores

domingo, 1 de diciembre de 2013

Volver no existe.

Solíamos perdernos por los pueblos que nuestros padres nos llevaban a conocer, las dos familias que ahora ya no se llaman y sólo se mandan la felicitación de rigor por Navidad. En el coche, papá conducía y tú venías con nosotros para poder escucharme. Cuando bajábamos, yo convertía el escenario en el que caminábamos en un lugar totalmente distinto. Sentíamos como si hubiésemos entrado dentro de lo que un libro esconde.
Provocábamos los acontecimientos o nos creíamos que todo realmente pasaba. Si había que ver una estrella fugaz, la veíamos. Si teníamos que hablar otro idioma, lo hablábamos y creíamos que nos comprendíamos. Todo era ridículamente posible.
Nos turnábamos, yo contaba una parte de mi historia inventando sobre la marcha, creaba intriga y añadía un "continuará". Tú alababas mi facilidad para inquietarte con palabras, me preguntabas algo y esperabas impaciente a que mi turno volviese, pero también aprovechabas el tuyo. Lo que me gustaba de nosotras era cómo no nos dejábamos influenciar. Ahora todo es diferente, si no eres el más destacado en algo parece que no merece la pena que abras la boca. Vivimos hundidos en un mar de críticas, atravesados por miradas juiciosas que no nos dejan respirar.
Echo de menos nuestras historias, ya no puedo improvisar de esa manera. Me siento obligada a pensar cada palabra. Me siento juzgada a cada momento y me limitan, no sé quiénes, pero lo hacen. Con la edad perfeccionas tu capacidad para expresarte, pero no te lo permiten. ¿A caso es superable la honestidad con la que un niño se expresa? Tú y yo podíamos decirlo todo y ahora ya no siento eso, ya no me siento así.
Noto que todo son problemas, cargas. Que siempre voy a tener algo de lo que preocuparme. Que ahora me obsesiona mi físico. Que Internet me está jodiendo la creatividad. Que las personas me hacen sentir demasiado y no me sienta bien.
Ya nada se parece a nosotras, a nuestro "nunca voy a maquillarme", "nunca voy a beber" como los actuales "no voy a dejar de quererte". Todo es tan frágil que ni si quiera sé por qué estoy perdiendo el tiempo con esto, si también se enterrará solo.
Y es que ya nadie me escucha como tú lo hacías. Ahora mis historias han cambiado mucho, sólo me como la cabeza y parece que quiero sentenciar la felicidad de todo el mundo. Parece que quiero bajar el ánimo por defecto en vez de inventar algo que pueda enganchar. Y lo siento, siento haber cambiado tanto porque si de alguna manera me sigues escuchando, si los recuerdos también te han atormentado como han hecho conmigo... Entonces quiero que sepas que yo también querría volver.
Quizá ya no sea tan espontánea como antes, pero sigo imaginando. Y no me imagino un futuro sin que todo vuelve a cambiar, a sorprendernos, volviéndonos a quejar de que un día todo fue diferente y éramos mucho más dóciles de lo que ahora somos.