Despacio.Nunca es demasiado tarde, nunca un texto es demasiado largo, nunca hay demasiada prisa.
Encuentra el olor, el sabor, la imagen. Encuentra el mensaje.
Escribo mi película, tú lees mis líneas y ves la tuya.

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domingo, 24 de marzo de 2013

Débiles.

Otro joven llegó y la engañó. Parecía siempre el mismo, destinado a torturarla una y otra vez, a ilusionarla con mentiras para luego dejarla tirada. Ella se prometía no volver a confiar, no repetir la caída. Pero es que la vez siguiente parecía la definitiva.

Nunca lo era.

Su voluminoso pelo castaño oscuro luce suelto, liso, con ligeras curvas hacia las puntas. Es largo, por poco le alcanza la cintura. Sus ojos son de ese marrón verdoso que nunca sabes describir con precisión. Esos ojos oscuros en ligera apariencia, pero que en una mirada cercana son un prado con un poco de tierra.
Su piel, ligeramente tostada. Su cuerpo, como cualquier escultura griega. Figura de asombrosa belleza, con el abdomen perfecto, fina cintura y unos pechos que, no siendo especialmente grandes, son bonitos. Sus piernas son amablemente delgadas y rectas.

Su mente, débil como la flor que aparenta.
No es de extrañar que se desflore rápido este hermoso ser. Todos quieren tenerla.

Ella busca uno.
Ellos buscan muchas.

domingo, 10 de marzo de 2013

Críticas en cadena.

Mi curso es un buen curso. Es ése en el que se respira la buena convivencia, el buen humor, se oyen las numerosas risas y todo parece estar bien. Todos se hablan con todos y la confianza está a nuestro favor.
Pero siempre hay alguien que empieza por la primera crítica y un ejército de personas (y de más críticas) que le siguen. En lugar de ser críticas constructivas, destruyen; pero tú lo único que alcanzas a saber es que no estás conforme con el mundo y que tal vez, con un par de crueles palabras a la espalda, consigas aliviarte por el día de hoy.
Sin embargo siempre hay alguien que escucha y, de una manera o de otra, a los oídos de la persona afectada llega ese rumor.
Sus amigos le han traicionado, aunque sólo sea un poco, duele. Y personas con las que apenas diría haber hablado también escupieron lo que no debían.
Y así víctima tras víctima. Cuando gira la cabeza todos critican su forma de ser, su físico, sus acciones, sus movimientos. Uno por uno, nadie logra salvarse.
El próximo perjudicado enterado de ello, cargará todo su odio contra otra persona, y otros muchos le seguirán. Y así continuará todo, en una cadena constante que ya no podemos parar.
Pero esta oscuridad no está presente cuando, a pesar de esto, hablamos, estudiamos, nos ayudamos, salimos y reímos juntos.
Supongo que criticar a las espaldas es un asunto que, a estas alturas, ya no podemos evitar.