Despacio.Nunca es demasiado tarde, nunca un texto es demasiado largo, nunca hay demasiada prisa.
Encuentra el olor, el sabor, la imagen. Encuentra el mensaje.
Escribo mi película, tú lees mis líneas y ves la tuya.

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domingo, 19 de abril de 2015

Más que Xanax son ganas (y pierdo, si me apuras).

La sangre fluye por mis venas como agua en los ríos de cualquier montaña y cuando por fin llego, cuando por fin cojo el bolígrafo, yo misma me convierto en el folio en blanco. Tienes que escribirme.
Te quiero para no dormir cuando no duermas, para observarte cuando el sueño sí te invada. Te quiero por esa magia que se extiende por todo mi ser y reside en tu saliva que cura mis labios; ni el frío ni las lágrimas amenazan ya con herirlos.
Si tropiezo no me caigo, me agarras, me salvas una vez más.
Tengo los pies fríos pero no paro de moverlos en círculos, como los gatos sus colas cuando están contentos.

El efecto post-efecto, qué bien lo conozco y qué bien se me da olvidarlo. La amnesia anterógrada me hace sentir con aún más frecuencia que todo es un sueño.
Qué bien estoy hoy, no quiero que sea el Xanax. Quiero que sea que sé querer y quiero, que veo la luz por fin y no me obsesiono con ver mucho más, como siempre hago.
Estoy inspirada y llena de entusiasmo. Soy energía positiva, locura transitoria, me ahogan las ganas de amar a los míos, a las mías, las ahogo en un abrazo sincero y comparto palabras que deberíamos decirnos más.
Quiero que cada persona que en este puto aula me aguanta día a día, sepa que le he cogido un cariño que creí inconfesable y sin embargo hoy confieso. Siento que nuestros días aquí se nos escapan como agua entre las manos, nos queda tanto por decir... Una vez estábamos sentados en estas sillas verdes y nos conocimos; ahora: complicidad mutua, como compartidos son también los tragos amargos.

Gracias a mi terraza, por ser escenario de todo lo bueno, inhabilitada últimamente por superpoblación de lluvia.
Soy honesta, pero le doy vueltas y vueltas y vueltas, no soy directa, me gusta escribir en espiral.
Dentro de mí es primavera, pero allí fuera siempre dicen que es diciembre.
(Vivo en un bucle, pero por lo menos me muevo, no te estanques).

Ay Muriel, ojalá algún día conozcas este sentimiento de serenidad profunda y absoluta. Ojalá por otras causas. Ojalá nunca por los mismos medios que los míos.
Tengo los mofletes sonrosados, la piel muy suave y sin ojeras, mis ojos despiertos, pero no del todo, se entrecierran. El Lorazepam ya se habrá retirado pero todavía quedan restos de su efecto y no se avecina ni a dos manzanas la necesidad de más. He dormido tres horas y sigo teniendo ganas. Me siento como si me acabasen de hacer el amor tres veces.