Despacio.Nunca es demasiado tarde, nunca un texto es demasiado largo, nunca hay demasiada prisa.
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martes, 5 de julio de 2016

Mi cuarto es Roma

Nado entre mis papeles acariciados por tinta negra para encontrar el texto que quiero publicar, el que tengo en la mente desde que lo escribí, el último. Abro la carpeta verde y hay papeles dentro y fuera de los plásticos. Disfruto mientras pienso en que nada me representa mejor. Está llena de dibujos de mis primas, relatos escritos en Suiza, escrituras automáticas del último año de instituto, recuerdos plasmados con hora y fecha, apuntes perdidos y un análisis muy revelador que me hice a mí misma bajo los efectos de una pastilla y que no había leído hasta hoy. Todavía tengo los ojos muy abiertos por esto. Experimentos de coaching, canciones de Cool, tachones, preguntas, el análisis que le hice a Andrea. Una imagen de Pessoa traída de Lisboa, un análisis profano, mi reseña personal de Skagboys y Las pesadillas del Marabú y un esquema que comienza con "Ideas claras". Sin embargo, sé que no tengo nada claro. Miro a mi alrededor y confirma mi caos, no cabe un alfiler más en mi habitación llena de pirámides. El quitaesmalte está al lado de una crema solar que me saluda por primera vez. La crema está al lado de la bombilla del mate, ésta está muy cerca de los libros de alemán a su vez pegados a una botella de agua vacía desde hace días y una caja de zapatos Converse con varias libretas dentro. El texto que quería publicar no lo he encontrado. Es como cuando tienes una canción en la cabeza y no pararás hasta averiguar cuál es y escucharla, pero no es un proceso rápido.

Hay recuerdos que quedan tan abajo que cada vez que me asomo siento el vértigo hasta en el último de mis huesos. La palabra instituto me está haciendo sentir eso. No quiero volver, pero tampoco estar aquí. Pienso en el instinto, en lo bien que lo usaba allí. Me pregunto si estoy perdiendo facultades.

Ahora escucho el ruido de mis dedos al teclear y cómo el sonido de la barra espaciadora es el más molesto. Siento a mis padres cerca, a la 1.26 exhalan con la intención de que el calor salga del cuerpo. Intento hacer el texto más corto para dejar de hacer ruido. Intento pensar que posiblemente esto no sea ruido, si no un sonido lejano. Yo les escucho respirar, pero no todos somos iguales.

Me pregunto cuándo mi mente ha aprendido a hacerlo mejor sin salir de ahí, sin ver el exterior... Siempre creí que pensaba mierda y hacía magia. Ahora lo pienso y es oro, lo escribo y sé que no ha merecido la pena sacarlo a la luz.

Me gusta despertarme y saber que me has escrito. Imagino qué satisfacción sentirías al saber que escribí sobre ti antes de dormir. De momento me guardo el secreto.

Hoy la casera ha dado problemas, ha llegado una factura nueva, me ha hablado una amiga de la que hacía tiempo que no sabía nada. Hoy me he emocionado con una canción, he enviado una queja, he solicitado un trabajo. Hoy he vuelto a sentir vértigo sin subirme a las alturas, pero fue solo un momento. Hoy ha sido un día más en el que me he creído que puedo impartir justicia y me he golpeado contra un muro. Me hubiese hecho más daño no haberlo intentado.