Despacio.Nunca es demasiado tarde, nunca un texto es demasiado largo, nunca hay demasiada prisa.
Encuentra el olor, el sabor, la imagen. Encuentra el mensaje.
Escribo mi película, tú lees mis líneas y ves la tuya.

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domingo, 29 de julio de 2012

Tardes diferentes.

Lo cierto es que estoy improvisando cual músico. Me siento libre. Escucho los pájaros, aquí abajo, sin saber bien si son pájaros o qué cojones son, pero ayudan. El cielo está nublado y no veo las montañas, pero sé que están ahí. No es difícil imaginarse algo que ya has visto. El césped recién cortado, el viento recién levantado, y yo... Bueno, yo... Intento hacer lo de siempre.
Mi mejor amiga está colgada al cuello y no necesito nada más. Quizá luego camine descalza por las calles y le enseñe los lugares más bonitos que conozco, juntas podremos hacer que el aspecto actual del lugar sea eterno con un simple sonido. El sonido del obturador.
Pone Switzerland, ¿sabes? Y es rojo con una cruz blanca, como las pequeñas casas que rodean el jardín. Esas casas de cuento.
Cada siete trinos de un pájaro intranquilo, un golpe seco en el palo de ese rectángulo grande y con red. ¿Este? También con su afición, disfrutando. Ese golpe seco es un chute con botas blancas que nadie va a parar. Quizá debería estar en la portería.
Y allá voy, improvisando por segunda vez.

domingo, 8 de julio de 2012

Sigue.


No estás bien. Las lágrimas resbalan por tus mejillas ya acostumbradas, sin nadie que las seque porque es inútil secar la calle cuando llueve. Tus ojos siempre están rojos, resfriados, tristes. Por mucha hambre que tengas no vas a comer bien, lo sabes. Las veces que has intentado alimentarte más de lo acostumbrado, reaccionaste echando todo lo que había entrado. Poco a poco tu esófago se está quemando, y desistes en esa tarea de comer bien si luego no va a servir para nada más que para seguir quemándote por dentro.

El problema es que tu estómago está completamente vacío y tu cabeza está demasiado llena como para pensar en que algo más pueda tener sitio.

 Algo falla y no parece ser leve. Sólo te llenan los vacíos. Ser feliz está en tus manos, muchas veces esto es la mejor parte. Pero en ocasiones, puede ser la peor. 
Siempre podrás tirar el relevo al suelo, muy lejos, para que nadie más pueda cogerlo.
Ahora estás atrapada, pero la puerta de entrada es la misma que la de salida. Cuando te des cuenta de que nadie puede ayudarte, que sólo tú puedes encontrarte, entonces la buscarás y la hallarás. 
Toda tu debilidad física ahora se convertirá en voluntad y fuerza; todo es efímero, todo cambiará.