Despacio.Nunca es demasiado tarde, nunca un texto es demasiado largo, nunca hay demasiada prisa.
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viernes, 1 de junio de 2012

A la velocidad de la luz.


Tras unos segundos el árabe está registrado en mi mente. Abro los ojos y practico este nuevo registro. Ya tengo doce. Alemán, chino, coreano, ucraniano, finlandés, árabe, francés, danés, húngaro… Son los pequeños tesoros que guardo en mi mente. El mecanismo es fácil: tras un breve silencio en el que la tecnología interviene, todo está en mi cabeza. Es por esto por lo que sé todo lo que sé, por lo que sé todo lo que quiero saber. Es cómodo tener todo lo que quieres, toda la información que necesitas. Mi abuela siempre refunfuña ante estos nuevos métodos tan habituales, y me cuenta historias que me hacen valorar lo que ahora sucede. No soy capaz de imaginarme lo que, como ella dice, es ‘hincar los codos’ y ponerse a aprender de verdad. Cada vez que tiene la oportunidad, con su voz desgastada por la edad y su mal humor casi permanente, me dice que a mis diecisiete años ella hacía esfuerzos que yo jamás llegaré a conocer. Sé que tiene razón. Ahora ya no vamos a la escuela, cuando tienes quince años decides en qué quieres trabajar, decides lo que quieres ser. No hace falta que estés seguro de tu decisión, pues lo habitual es cambiar más de tres veces a lo largo de tu vida laboral. Te acercas al lugar mágico, y allí, tras una suma de dinero que debes pagar, te añaden los conocimientos que desees. Yo, tras dos años traduciendo libros de un idioma a otro, he cambiado y ahora quiero ser bióloga marina. En media hora tendré en mi mente todo lo que tiene que tener una bióloga. Pero el problema está en encontrar el trabajo, el método por el cual te devuelvan todo el dinero y más del que te has gastado. Y eso es lo difícil. Si todos los que tenemos dinero lo sabemos todo, y los que no tienen dinero no saben nada, esto se va a pique, todos lo notamos. Los ricos somos cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. ¿Y qué vamos a hacer en contra de esto? ¿’Hincar los codos’? Simplemente, la tecnología avanzada no nos hace avanzar tanto como al principio pueda parecer.