No puedo parar de juntar las manos, de mirarme las uñas, de hacer que mis dedos se doblen para coger las mangas de mi jersey y estirarlas con fuerza. No soy capaz de penetrar en sus mentes, no salen de las conversaciones de siempre y tantas personas están amontonadas en esta habitación que consumen el oxígeno que yo necesito en grandes cantidades.
Y estás ahí, los ves a todos en su salsa, disfrutando, divirtiéndose, y te das cuenta de que la que parece que no es feliz eres tú, por muy al contrario que sea.
Rodeada de gente, pero más sola que nada.Sus voces retumban, y yo con mis oídos zumbando y mi jersey ya estirado, se mezclan los gritos con las carcajadas y las frases sueltas que se repiten y se repiten. Pero el agobio los engulle a todos a tu mirada, porque eres como un pez fuera del agua.