Seguimos con lo mismo. Como parar de comerte la cabeza si mientras piensas esto ya te estás liando. Hay tantas preguntas que quiero formularme... Y sé que la respuesta no va a ser buena, ella es siempre la que nadie quiere oír. Intento ser aquello que admiro, sentirme bien conmigo misma, sacarle el jugo. Disfrutar cada momento. Pero no puedo evitar que en mi cabeza se mezclen varias voces hasta cuando estoy durmiendo. Dios, necesito un descanso. Necesito esa transparencia que transmiten, cuando no les importa ni quién es, ni cómo es. Sólo ayudan, sonríen y hacen la vida más nuestra, más suya. No hay nada mejor que las personas y no hay nada peor que ellas. Su forma de encandilarte cuando tu puedes ver a través y sentirte tan lleno. Les quiero, y a los que siempre han estado ahí, les odio. Odiar es un sentimiento muy íntimo.
Y así maldigo mi casa, mi gente y mi puta ciudad. El amor en el fondo es odio. Según qué cosas, el odio es bueno.