Increíble como a veces superamos nuestros miedos sin hacer
un gran esfuerzo en el momento. El esfuerzo es el que llevamos juntado del
sufrimiento del temor, pero no esperábamos que fuese suficiente. Y nos
sorprendemos. Donde pensábamos que íbamos a encontrar un ataque de ansiedad,
hay una sonrisa de superación. Porque hemos podido, porque nos sentimos bien.
Somos grandes.
Nos encontramos en la situación que tanto temíamos, cara a
cara con nuestra fobia. Y la superamos, y nos damos cuenta de que somos
estúpidos. Y así todos. Porque un tanto por ciento de nosotros es estupidez, y
ahora un poco menos. La mitad de nuestros problemas están en nuestra mente, en
nuestras cabezas; lamentablemente solemos darnos cuenta tarde.
Sólo te robaré un minuto. Cierra los ojos, inspira, expira
fuerte y ábrelos. Ahora piensa, ¿tienes algún problema, alguna fobia? Intenta
solucionarlo con la mente, imagina como lo solucionarías en la realidad. La
respuesta no es esa. La respuesta no es actuar como en tu imaginación, no es
hacer lo que piensas que debes hacer. No del todo. La respuesta es darte cuenta
de que es una gran estupidez, de que es como ese pequeño bicho que es mil veces
menos peligroso que tú, pero al que le tienes miedo. Un detalle ínfimo.
Eres más grande que tus problemas y
tus fobias, deberías demostrártelo a ti mismo.