El corazón debería latirme más rápido, o así es como yo lo siento, y sin embargo, me late más despacio.
Lo pienso todo, y en poco rato me quedo sin nada.
Nada en que pensar, mi cabeza ya no funciona, ya no regula.
Todo mi cuerpo está dormido. No lo noto. Me doy cuenta de que me estoy ahogando.
Todos conocemos o creemos conocer lo que nos sucede justo antes de morirnos, todo se resume a corazón y cerebro. Corazón y cerebro...
Pero, ¿quién sabe qué pasa después? ¿Quién sabe que pasa justo en el momento? ¿Quién sabe qué se siente? ¿El ultimísimo momento es de felicidad? ¿Cuál es la sensación de morirse?
Y nos lo preguntaremos. Y surgirán dudas. Y no pararemos de seguir preguntándonos lo mismo.
Pero nadie tiene la respuesta, ni nadie la tendrá nunca. Aquí no hay ciencia que valga. Lo que pase, nadie te lo va a poder contar. Y cuando a ti te suceda, será demasiado tarde para que nos lo cuentes.