Me dedico a secar agua de mejillas sin usar las manos, a curvar líneas rectas que no son las de tu cintura. Me dedico a obligar a unos pies a moverse hacia delante, y los que cometieron errores, me dedico a convertirlos en cangrejos y que vuelvan a arreglarlos al pasado. Me dedico a coser con lo que tengo más a mano, a veces es la tuya la que se ofrece y otras yo misma abro el cajón de todo lo perdido y vuelvo a unir nuestros caminos.
Sólo estás tú y todavía te crees otra cosa. Demuestra la existencia de tus ovarios las otras tres semanas del mes. Demuestra que sirves, que vives, que vales. Crea tus metas. Aunque a continuación no salga el flash, sonríe. La otra opción no merece la pena.