Despacio.Nunca es demasiado tarde, nunca un texto es demasiado largo, nunca hay demasiada prisa.
Encuentra el olor, el sabor, la imagen. Encuentra el mensaje.
Escribo mi película, tú lees mis líneas y ves la tuya.

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sábado, 6 de abril de 2013

Quien no se contradiga...

No sé lo que quiero ni lo que busco. Sobre todo porque cuando lo encuentro ya no es lo que quiero ni lo que estoy buscando.
Suelo odiarme, pero si tú me infravaloras pienso que no es para tanto.
Paso muy buenos ratos junto a mis amigos, pero a veces siento que me decepcionan. Otras, que no me comprenden. Y otras que se pasan. Que no saben comportarse. Que no saben distinguir los momentos en los que hay que serenarse. Que no saben perder, ni tampoco ganar.

Siento que estoy sola, muy sola. Que nadie entiende por lo que estoy pasando, y es que no estoy pasando por nada. No sé qué es lo que me ocurre, por qué estoy de mal humor constantemente, melancólica, y hasta el hecho de no ser capaz de abrir una botella puede desde encender mis sutiles ganas de llorar hasta enfurecerme como un hermano.
Sería injusto echarle la culpa a las hormonas de todo esto.
Cada pequeño problema se hace un mundo.
No me apetece relacionarme la mayor parte del tiempo. Prefiero evadirme.

Siento que soy una romántica, como esos autores que estudiamos en literatura. Como Espronceda, o como Bécquer o Rosalía.
Sin embargo, sólo soy ese gusano en proceso de convertirse en mariposa.
Y, por fin, utilizo la expresión que todos ellos utilizan:
Intento deciros que, aunque suene a tópico, soy adolescente.
Soy complicada.